En tunacons vivimos una nueva jornada inspiradora y también, muy reveladora junto a Fenacopec…
Mientras sembramos manglar y recogemos plásticos, vimos con nuestros propios ojos la magnitud del problema: toneladas de basura atrapadas entre las raíces de este ecosistema vital.
Un ecosistema que nos da vida…
Y que, aunque no fue creado para ello, hoy actúa como un filtro natural que impide que nuestros desechos lleguen al mar abierto.
Esa basura no aparece por arte de magia. Llega desde nuestras ciudades que estan muy cerca de este ecosistema, donde aún no hacemos lo suficiente para reducir el uso de plásticos.
Esta basura también afectan a las comunidades del Golfo de Guayaquil que además sobreviven sin servicios básicos: sin agua, sin luz, sin recolección de residuos y menos aún seguridad.
Los manglares no son solo árboles
Son hogar, alimento y protección para miles de familias y especies.
Pero hoy, los manglares nos están pidiendo ayuda. Y nos piden auxilio urgente.
Y el Golfo de Guayaquil no es cualquier ecosistema:
✅Sus manglares almacenan más carbono que los bosques tropicales, ayudando a frenar el cambio climático.
✅ Protegen nuestras costas de tormentas y erosión, actuando como escudos naturales de nuestras poblaciones costeras incluso de Guayaquil.
✅ Albergan una biodiversidad única, comparable en riqueza –aunque distinta en forma– a la de las Islas Galápagos.
En TUNACONS estamos comprometidos con la protección de estos ecosistemas y con el bienestar de los pescadores artesanales que dependen de ellos.
Pero no podemos hacerlo solos, se requiere más apoyo de los responsables de instituciones públicas que deben ayudar a que este panorama actual cambie radicalmente a futuro, y el sector privado con la sociedad civil organizada que se benefician de los servicios que brindan los manglares,
Cuidar los manglares, y cuidar a quienes viven de ellos, es un deber compartido.
Porque este planeta no es de unos pocos…
Este mundo es de todos.
